Con el paso del tiempo, el escapulario monástico se difundió entre los fieles en un formato reducido, de bolsillo por
así decirlo, realizado con dos rectángulos de tejido unidos por una
cuerda para poder llevarlo alrededor del cuello. El más renombrado de
los escapularios devocionales es el llamado «escapulario marrón», también conocido como Escapulario de la Virgen del Carmen.
En sus dos piezas el escapulario del Carmen lleva representadas las
imágenes de la Virgen del Carmen y del Sagrado Corazón de Jesús.
El Escapulario de Nuestra Señora del Monte Carmelo, también conocido como escapulario del Carmen es el hábito de la Orden Carmelita, orden mendicante bajo la protección y patronato de Nuestra Señora del Monte Carmelo, advocación de la Virgen María como Reina y Señora del Monte Carmelo. En su versión reducida, es ampliamente conocido en la Iglesia Católica como sacramental y ha servido, probablemente, como prototipo del resto de escapularios. La fiesta litúrgica del Nuestra Señora del Monte Carmelo, el 16 de julio, se asocia popularmente a la devoción al Escapulario.
Según la Congregación para el Culto Divino de la Santa Sede, el Escapulario del Carmen es un signo exterior de la relación especial, filial y confiada, que se establece entre la Virgen, Reina y Madre del Carmelo, y los devotos que se confían a ella con total entrega y recurren con toda confianza a su intercesión maternal; recuerda la primacía de la vida espiritual y la necesidad de la oración. La virgen prometió a San Simón Stock (siglo XIII) que los que murieran con su escapulario no se condenarían